Ganar un recurso de casación: Oportunismo vs Esfuerzo – Superación
“La guantada forma parte del aprendizaje”, “no tenéis edad para transitar los pasillos del Tribunal Supremo”, tabús que estamos acostumbrados a escuchar en esta profesión cuando aún no eres un abogado senior, y que en modo alguno han de corresponderse con la realidad. La experiencia y la edad no tienen por qué ir de la mano, como nos tienen enseñado, la experiencia es sinónimo de profesionalidad, trabajo y dedicación, este despacho es un claro ejemplo de ello.
En mis más de 12 años de ejercicio profesional, he tenido ocasión de enfrentarme a muchos retos, de hecho este despacho es un reto diario, aún recuerdo mi entrada en él, la prueba de fuego fue una vista en la Audiencia Provincial, allá por el año 2017 sobre los acuerdos de novación en los que la entidad por política comercial ofrecía al cliente la cesación en la aplicación de la cláusula suelo a cambio de renunciar a ejercitar acciones judiciales, la Audiencia Provincial estimó nuestra demanda declarando nula la renuncia al ejercicio de acciones, siendo una sentencia pionera del despacho, entre otras muchas.
Recuerdo los nervios y la inseguridad que sentarme en aquella sala de vistas de la impresionante Sala de la Ilma. Audiencia Provincial de Córdoba me generaba, todo se esfumó cuando comencé con mi alegato, tenía claro que si no se ganaba no habría sido por trabajo y preparación, por lo que ¿inspiración vs superación / oportunismo vs superación, esfuerzo y dedicación? Podíamos no haber ganado, pero…¿eso nos habría frenado? Creo que no, hubiéramos acudido al Tribunal Supremo, el fracaso debe llevar al abogado a superarse y a querer continuar.
“Nunca te acostaras sin aprender algo nuevo”, en un lema cabecera de esta profesión, en continuo cambio no solo por las leyes y por los vaivenes jurisprudenciales, sino por la gran cantidad de abusos bancarios que nos sorprenden cada día y que se colocan en el candelero. Esta circunstancia hace que cuando creías que ya conocías el sector, tengas que ponerte a estudiar nuevos supuestos, hecho que te obliga a estar en constante alerta y abierto a nuevas experiencias. El mundo del derecho se encuentra en continuo cambio constante y exige no solo preparación, sino disposición, esfuerzo y mucho trabajo, teniendo en cuenta además la gran competencia que hay en el mercado.
Dicho lo anterior, uno de los mayores retos a los que me enfrentado durante mi vida profesional es ganar un recurso de casación, Picasso decía “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”, me encanta esta frase, la inspiración no nos espera a la vuelta de la esquina, hay que buscarla y cultivarla, y para ello el trabajo y el esfuerzo duro son las mejores bazas.
Conseguir una admisión de un recurso de casación es una ardua tarea, por lo que ganar un recurso de casación es la panacea; de hecho muchos abogados terminan su carrera profesional sin haber vivido esa experiencia de interponer un recurso de esta índole, tan extraordinario, misterioso e inalcanzable, pues los criterios de admisión aunque sentados son una gran incógnita. La interposición del recurso de casación es una mezcla de sentimientos encontrados tan frustrante y tan excitante al mismo tiempo.
Un gran magistrado nos dijo un día a Fuensanta y a mí, en una visita a su despacho en el Tribunal Supremo, puesto que a ambas nos gustan las experiencias fuertes (si he aprendido algo de ella además de a generar adrenalina, es a no conformarme si lo que se cree es justo), que nuestra deambulación por los pasillos del Tribunal Supremo era circunstancial y propia del oportunismo causado por el boom de las cláusulas abusivas en derecho bancario, quise entender aquello como un cumplido, pues es cierto que seguramente en otro sector del derecho no existe una realidad tan cambiante, y quizás acceder a un recurso de casación hubiera sido más complicado; pero lo cierto es que tengo que reconocer que en cierta medida me molesto.
Lo que, si tengo claro, es que no existe oportunismos en esta vida, y mucho menos cuando estamos hablando de ganar un recurso de casación, existe inspiración, este despacho es una fuente de inspiración, de trabajo duro y sobretodo de dedicación.
¿Qué hubiera pasado sí…? no es una opción, el trabajo, el esfuerzo, y la guantada del fracaso (tan frustrante y tan motivadora), han hecho que ese afán de superación nos haya llevado a cejar en nuestro empeño y a darnos cuenta de que estábamos listas para que pasara, sucediendo lo que al final era inevitable y, es conseguir ganar los recursos de casación favorables con los que a día de hoy cuenta el despacho.
Reto conseguido, a por el siguiente …..TJUE?.
María Dolores Cabezas Beltrán
Asociada de Cabrera Abogados